Ampliar horizontes y ampliar presupuestos
Si nuestra empresa se encuentra consolidada en el contexto nacional, es probable que comencemos a considerar la expansión a otros países, es decir, la internacionalización de la compañía. Para esto, es importante encontrarnos en una situación firme y estable y contar con un plan definido para llevar a cabo este proceso que puede tomar tiempo y recursos pero que definitivamente plantea varias ventajas.
Además de poder incrementar las ventas, nos permite mejorar nuestras capacidades productivas al estudiar a competidores de otros países y emplear sus estrategias a lo que ya nos funciona, además de que al competir en la liga de empresas más grandes nos posiciona en otro estándar; nos permite avanzar hacia un crecimiento más acelerado, diversificar los ingresos de la compañía (lo que es muy útil en caso de crisis económicas en un determinado mercado) y posicionar más fácilmente nuestra marca. Lo anterior sin contar con que en algunos países existen apoyos y subvenciones de los gobiernos a fin de incentivar la inversión en sus localidades.
Para llevar a cabo este proceso, sin embargo, debemos tener ciertos criterios en cuenta, especialmente tratándose de los costos, tales como la adquisición, construcción o renta de inmuebles y locales para operar, los gastos legales para constituir una sociedad que pueda laborar y pagar impuestos correspondientes en el país a donde nos expandiremos, así como los nuevos pagos de servicios y el aumento en nuestro presupuesto de nómina. En un sentido operativo, internacionalizarnos será muy similar a cuando abrimos la empresa, y los resultados en ganancias pueden tardar lo mismo en verse reflejados: al menos cinco años.
Con todo, y para lograr el éxito en esta expansión, es vital invertir en los perfiles de las vacantes que se generarán. Si se encuentra talento local con la preparación y habilidades deseadas, es conveniente emplearla, ya que nos ayudará a entender mejor los intereses de la comunidad y la manera en que podemos acercarnos, además de que, independientemente de lo demás, debemos tener a los mejores talentos de nuestro lado, considerando que no somos omnipresentes, pero nuestra marca puede serlo.
También podríamos contemplar los países que resulten un mejor escenario para nuestra expansión, sobre todo si nuestro país de origen no está acostumbrado al giro al que nos dedicamos o nuestro concepto.
Internacionalizarse es una aventura, pero calcular el riesgo y prepararse financieramente para él puede resultar en una aventura que desemboque en éxito. Si te interesa la Gestión Ejecutiva Internacional te invitamos a formar parte de la maestría que ofrece la Universidad Iberoamericana Tijuana.