Cuando no basta con saber: la relevancia de enseñar
Popularmente se atribuye al físico Albert Einstein aquella frase de “no entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela”; lo mismo que se le atribuye a Ernest Rutherford, físico y químico, la expresión “un descubrimiento científico no tiene ningún mérito, a menos que pueda ser explicado a una camarera”. Más allá de la veracidad respecto a dichas frases, la verdad que encierran es ineludible. La capacidad de un ser humano de entender algo puede llegar a fascinarnos, pero la utilidad que tendrá ese conocimiento dependerá de que sepa aplicarlo a su realidad o de que sepa difundirlo.
En el caso del profesorado, su reto es aún mayor, puesto que el personal docente no se encarga únicamente de traspasar información de una cabeza a otra, sino que debe fungir como facilitador entre el alumnado y el aprendizaje significativo. No se define a un buen profesor porque sepa explicar, aunque esa sea parte de sus labores, sino porque a través de diversas estrategias didácticas logra que sus alumnos aprendan. El profesionista que conoce todo acerca de su materia, pero no cuenta con herramientas respecto de la práctica docente, será tan útil como un auto sin ruedas.
Va una anécdota más sobre un divulgador científico: Stephen Hawking se proyectó en un holograma desde la Universidad de Cambridge al Sidney Opera House para dar una charla sobre los misterios del universo. En dicho evento, recibió una pregunta sobre el efecto cosmológico de la salida de Zayn Malik de la agrupación pop One Direction y la consecuente devastación de millones de corazones en el mundo. Luego de las risas, Hawking respondió: “Finalmente, una pregunta sobre algo importante. Mi consejo para cualquier chica joven con el corazón roto, es prestar mucha atención al estudio de la física teórica. Porque un día bien puede haber prueba de múltiples universos. No más allá de los reinos de las posibilidades, allá afuera de nuestro propio universo, quizás exista otro universo diferente, y en ese otro universo, Zayn todavía está en One Direction”. Evidentemente la ola de aplausos no se hizo esperar.
Lo que más llama la atención de lo anterior es por supuesto la cercanía con la que el conocido divulgador científico es capaz de tratar temas complejos y hacerlos llamativos para un grupo interesado, quizás un poco por la ciencia, pero definitivamente por los temas de moda. La escena descrita ilustra y sintetiza la labor del docente: sí, ser un experto en su tema, pero sobre todo ser un experto en hacer que otros se conviertan en lo mismo, que se acerquen al conocimiento con la misma pasión y curiosidad.
Ahora bien, a pesar de la vocación docente, el ejercicio de esta profesión implica una preparación constante en la que no basta con seguir actualizándose respecto de los contenidos a enseñar, sino de capacitarse a través de maestrías en educación como las que ofrecen instituciones como la Universidad Iberoamericana Tijuana. Si se ha tomado el camino de la enseñanza, se debe tomar con la responsabilidad ética que trae consigo.
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