Pensamiento creativo

El pensamiento creativo se define como el conjunto de procesos mentales que permiten desarrollar nuevas ideas y conceptos para llenar alguna necesidad o encontrar la solución a algún problema, siendo así una forma de pensar propia de las personas imaginativas. Este método de pensamiento puede poseerse como una característica mental o puede desarrollarse con varias herramientas.  A diferencia del pensamiento crítico, el pensamiento creativo explora posibilidades que no se ven de primera instancia, toma ventaja de la plasticidad del cerebro y agiliza la superación de paradigmas, los cuales son ejemplos modelo de los cuales a veces se nos dificulta retar.

El pensamiento crítico, por otro lado, se enfoca en el análisis y la evaluación de datos concisos siempre siguiendo una corriente lógica. Así como el pensamiento creativo, esta habilidad puede desarrollarse también con la praxis.

Existen diversos estilos de pensamiento creativo que podemos utilizar para encontrar soluciones y pensar “fuera de la caja”:[1]

  • Convergente. Ocurre cuando distintas ideas convergen en un punto en común para, a través de la lógica y el pensamiento abstracto, llegar a una única solución.
  • Divergente. Consiste en generar tantas opciones para una pregunta abierta como sea posible para tener más opciones.
  • Sinvergente. Consiste en mezclar los dos estilos previos para tener una amplia gama de soluciones, pero consolidarlos en opciones concretas.
  • Conceptual. Este tipo de pensamiento es sumamente útil para los acertijos, pues nos permite identificar patrones y crear relaciones que a simple vista no resultan muy obvias.
  • Lateral. Este se dedica a generar ideas disruptivas.
  • Analítico. Este se fundamenta en la capacidad que tenemos de partir y escudriñar un problema, analizando frecuencias, estableciendo prioridades y analizando las soluciones más factibles.
  • Intuitivo. Este estilo es muy utilizado en la meditación y en el yoga pues consiste en dejar la mente en blanco para dejar fluir las ideas y superar los posibles bloqueos mentales.
  • Bisociativo. Es muy similar al sinvergente, donde se realiza la famosa “lluvia de ideas” para luego categorizarlas y seleccionar la más popular para explorarla.
  • Narrativo. Este se desarrolla por medio de la escritura donde, mediante el ejercicio, van surgiendo ideas creativas. Este tipo de estilo lo utilizan mucho los escritores de novela.
  • Aproximado. Consiste en que la persona aporta diversas ideas sin bases sólidas, si no que tratando de dejar de lado la fijación del concepto y así imaginar conceptos innovadores. Por ejemplo, el auto volador aún no existe y no sabemos si podrá, pero resulta una idea innovadora que, una vez concebida, puede detonar una exploración más concreta.
  • Jánico. Consiste en, al pensar en un concepto, ser capaz de encontrar su opuesto para así concebir simultáneamente dos ideas o elementos diferentes.
  • Mimético. Este se fundamenta en imitar ideas de un campo para aplicarlas en otra disciplina donde nunca habían sido integradas. Aquí podría entrar lo que se llama benchmarking, que se refiere a visitar modelos similares a los nuestros y así adoptar conductas y herramientas que nos puedan ser útiles.

Si bien existen más métodos de pensamiento creativo, tomarnos el tiempo de pensar en la mayor cantidad de posibilidades para resolver un problema o para innovar en algún producto o proceso es necesario para mejorar disruptivamente y dar un salto de cambio.

Y tú, ¿qué pensamientos has utilizado? Si te interesa saber más de este tema te recomendamos la Maestría de Desarrollo Organizacional de la Universidad Iberoamericana.


[1] https://medicoplus.com/psicologia/tipos-pensamiento-creativo

Foto de Alice Dietrich en Unsplash

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