Claves para foros de consulta exitosos (parte II)

“Ningún hombre es demasiado bueno para gobernar a otro sin su consentimiento”, expresó Abraham Lincoln y esa frase encierra la importancia de generar herramientas de participación ciudadana que sean tomadas en cuenta y representen una oportunidad real para la ciudadanía de involucrarse en la toma de decisiones políticas. Nadie es tan bueno, ni tan sabio, así que preguntar es una forma práctica e incluyente de aterrizar proyectos pertinentes con mayor probabilidad de éxito. Por eso, continuaremos con las recomendaciones que tenemos para lograr espacios de consulta ciudadana exitosos.

  1. Cuenta con moderadores capacitados. La falta de una cultura de participación ciudadana nos puede jugar en contra: los convocados pueden creer que van principalmente a escuchar y aplaudir (¿quién los culpa, si es la costumbre en eventos políticos?); llegan con ánimo de participar, pero sin un norte respecto a los temas a discutir, pues hay que reconocer que la apatía nos ha llevado a ser ciudadanos apolíticos; o bien, las diferencias en la personalidad de cada quien provoca que algunos monopolicen la conversación en tanto otros se sientan y asienten educadamente, lo que nos resta puntos de vista diversos, que es lo que estamos buscando.

Ante esta realidad, es importante que los moderadores, quienes llevarán el peso de cada mesa de trabajo, tengan clara la metodología a utilizar y sepan explicarla claramente, así como que logren establecer una fluidez en el debate al dar la palabra de manera ordenada y procurando la participación activa de todos los miembros y la escucha atenta a sus ideas; quien modere debe saber identificar los diferentes rasgos de personalidad para intuir qué puede aportar cada individuo a la mesa. Para fomentar las participaciones pertinentes, es importante proveer de algunos datos identificados previamente para contrastarlos o nutrirlos de la percepción ciudadana. También conviene, si es el caso, aclarar qué tipo de sugerencias son viables de llevar a cabo, por ejemplo, si la consulta la organiza el poder legislativo quizás las propuestas deben ir encaminadas a modificaciones a la ley y designación de presupuestos, lo cual sería una promesa difícil de cumplir si quien convoca es el poder ejecutivo.

  1. Da seguimiento. Parte del desinterés ciudadano en el ámbito de lo público y político se deriva de una falta de resultados. La sensación de haber perdido el tiempo inhibe la disponibilidad para eventos similares. Si de los resultados obtenidos no logran desencadenar en proyectos, entonces sí que la consulta es onerosa; sin embargo, si nos evita hacer gastos innecesarios, es estrategia. El ver una memoria de conclusiones es un gran motivador para los participantes, pero ver las propuestas ciudadanas materializadas en la localidad es aún mejor. Dar reconocimiento a la ciudadanía y realmente tomar en cuenta las propuestas viables nos dará credibilidad que se traduce en mayor participación.

Para ahondar en modelos de participación ciudadana, te invitamos a conocer el programa de Maestría en Gestión de Políticas Públicas en la Universidad Iberoamericana Tijuana.

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