Comerciar después de Brexit

El 23 de junio de 2016, en un referéndum que tuvo una participación del 72 % de la población, el 51.9 % de los votantes decidieron retirar al Reino Unido de la Unión Europea. Esta decisión fue muy controvertida e incluso se puede hablar de marcadas posturas ideológicas que se visibilizaron. Entre ellas, un creciente nacionalismo que se estaba alimentando de discursos populistas sobre identidad nacional; además, y derivado de lo anterior, las políticas migratorias de la Unión Europea se vendieron como problemáticas para Reino Unido; se acentuaron diferencias ideológicas basadas en clase, pero también entre generaciones, donde la mayoría de los jóvenes votantes se decidieron por permanecer en la Unión Europea, mientras que la mayoría de las personas mayores votaron a favor del Brexit. Cabe destacar que el argumento también tenía que ver con un problema de precarización: se rechaza el proyecto globalizador por considerar que no ha logrado dotar de bienestar e igualdad de oportunidades, sino por el contrario ha acentuado la desigualdad.

Así pues, el 31 de enero de 2020 el Reino Unido abandonó la Unión Europea y entró en un periodo de transición donde se estuvieron negociando los acuerdos relativos a la relación entre los bloques, que finalizó el 1 de enero de este 2021. Definitivamente las condiciones globales a las que nos hemos enfrentado y que no habían sido calculadas han hecho difícil de determinar el impacto del Brexit, pero dentro de los acuerdos a los que se llegaron, resaltamos lo que puede resultar relevante en términos de logística internacional.

Si bien no hay tarifas adicionales entre exportaciones e importaciones, sí se impusieron controles de seguridad en aduanas. En la Universidad Iberoamericana Tijuana, en nuestro programa de posgrado en Logística Internacional, exhortamos a los estudiantes a que analicen casos como estos, en donde existen factores que podrían provocar demoras y grandes cambios en las cadenas de suministro. Sin embargo, hay que reconocer que al negociar para evitar un «Brexit duro» también se logró salvar a muchos de un aumento considerable de precios en los productos que tanto Reino Unido como la Unión Europea importan del otro.

En términos de servicios, los proveedores británicos deben adecuarse a las reglas de cada Estado miembro de la Unión Europea, o bien, relocalizarse dentro de ella para continuar operando.

Curioso que la falta del 28 % de participación en el referéndum se adjudica a que la ciudadanía (o por lo menos quienes se abstuvieron) consideraron al tema un debate «político» que no tendría impacto sobre la ciudadanía común. Sin embargo, lo político no es en ningún caso ajeno a la ciudadanía, y en el caso particular de estas decisiones políticas, habrá que resaltar que tenían que ver con decisiones de mercado. Se han implementado nuevos trámites y establecido un tiempo límite para trabajar o viajar a cualquier lugar de la Unión Europea, además, se plantea la posibilidad de que haya cambio en las tarifas de roaming para celulares.

Photo by John Cameron on Unsplash

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