Consideraciones hacia la implementación de inteligencia colaborativa

Indica la sabiduría popular que «dos cabezas piensan mejor que una». En un ámbito organizacional, esa es la premisa de la colaboración. Las tendencias globales nos están llevando hacia la resolución conjunta de problemáticas, aunque no compartamos espacios físicos, sí que debemos compartir las habilidades y conocimientos para lograr objetivos comunes y encontrar respuestas más completas a los problemas que enfrentamos. Es por eso que varias empresas están prestando atención a la implementación de modelos de inteligencia colaborativa.

Para el Innovation Center for Collaborative Intelligence:

La inteligencia colaborativa (IC) supone una deliberación ordenada, facilitada por tecnologías sociales, que permite a un conjunto de personas crear un mejor conocimiento compartido y tomar decisiones, con mayores posibilidades de superar los retos y dificultades que plantean las distintas actividades humanas en un entorno cada vez más complejo y cambiante.

Especialmente entre las juventudes, es cada vez más sencillo llegar a esta inteligencia de manera prácticamente intuitiva. Quienes crecieron hablando con personas de cualquier parte del mundo por mera curiosidad en los distintos grupos de chats, quienes debaten con extraños en redes sociales, quienes crean redes con personas de todo el país que tienen objetivos afines a los suyos; todas esas personas encuentran incluso lógico y natural el trabajar a través de compartir conocimiento y llegar a soluciones conjuntas.

Sin embargo, para que esto sea una realidad exitosa, se debe crear un ambiente de trabajo que tome en cuenta lo siguiente:

  1. No hay protagónicos. A los resultados se llega en conjunto pues se comparten saberes y experiencias, así que los logros y fracasos son también compartidos. Un elemento del equipo que quiera jugar como la estrella o el único talento, así sea brillante, no sirve en este esquema. Por el contrario, quien sepa colaborar y vincular a los diferentes perfiles y departamentos es un elemento a mantener.
  2. Para la cooperación se requiere diversidad. De nada nos sirve tener varios talentos y procurar que trabajen de manera colaborativa si todos comparten los mismos conocimientos, contextos y experiencias de vida. Para que haya un verdadero ambiente de colaboración se requiere que el talento exista en diferentes áreas, que los tipos de inteligencia sean distintos e incluso un equipo diverso en experiencias de vida, pues todo eso amplía las opciones y reduce el riesgo de tomar decisiones sesgadas. Por supuesto que lo anterior puede traer conflicto, que se debe manejar como una parte del modelo y llevarse de manera sana, pues es necesario para ampliar la visión tanto de los problemas como de las estrategias a implementar.
  3. No todo lo puede hacer el equipo. Si bien contar con talento es parte fundamental, las empresas deberán encargarse de tener líderes que lleven al equipo hacia los objetivos propuestos generando un ambiente de confianza y respeto; además, deberán ofrecer las herramientas inteligentes para facilitar compartir el conocimiento, así como brindar espacios físicos y virtuales seguros donde los involucrados puedan trabajar en conjunto.

Si somos ajenos a esta forma de llevar un equipo, sin duda puede parecernos intimidante, pero vale la pena comenzar a implementar estas estrategias para lograr resultados más efectivos con mayor rapidez. La maestría en Desarrollo Organizacional que ofrece la Universidad Iberoamericana Tijuana es una puerta hacia el conocimiento de diferentes formas de manejar con éxito una organización.

Photo by Leon on Unsplash

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