Consideraciones para la exportación de productos (parte 2)

En 2018, la OEC reportaba que México es la novena mayor economía de exportación en el mundo y 21ª economía más compleja de acuerdo con el Índice de Complejidad Económica (ECI). En 2017, México exportó $418 miles de millones e importó $356 miles de millones, dando como resultado un saldo comercial positivo de $62.6 miles de millones. Las oportunidades que tienen las empresas, una vez que identifican que su producto es apto para ser exportado, son muchas. En la logística internacional, cuando realizamos estudios de exportaciones, se profundiza y debate sobre esto, como en la maestría que ofrece la Universidad Iberoamericana Tijuana, con todo, vale la pena comentar ciertos aspectos.

Para que un producto sea exportable se deben considerar aspectos como nuestra capacidad de abastecimiento o contar con las materias primas e insumos necesarios para producir lo que se piensa exportar; la calidad solicitada por los mercados externos y la competencia; la capacidad productiva para exportación; los medios de movilidad, almacenamiento y embarcación del producto; las barreras arancelarias; el flete; entre otras cosas.

Una vez que se hayan tomado en cuenta los aspectos anteriores, es importante tomar en cuenta la logística de la cadena de suministros, que es un conjunto de servicios conectados entre sí y enfocados a mejorar la eficiencia, reducir los tiempos de ciclo, optimizar los recursos, reducir los costos y mejorar la satisfacción del cliente, dentro del proceso que se inicia con la demanda del producto o servicio y termina con su entrega y cobro.

Los componentes de una cadena de suministro son los proveedores, el transporte, los fabricantes, los clientes; sin olvidarnos de que la comunicación y la tecnología son fundamentales, la primera para que las operaciones entre cada elemento estén entendidas y los procesos se desarrollen de la manera en que se planea, la segunda para que las tareas se optimicen y realicen en un periodo de tiempo menor.

Además de la cadena de suministro o, mejor dicho, como parte de ella, se debe analizar el empaque y embalaje de exportación, pues se debe proteger el producto en su trayecto desde la línea de ensamble hasta el usuario. Los materiales se seleccionan dependiendo de las características del producto, los costos, las especificaciones del comprador, el etiquetado, tarifas de flete, regulaciones gubernamentales del lugar al que se va a exportar y de las condiciones ambientales del trayecto.

En relación a lo anterior, no está de más considerar con especial atención el medio de transporte que se va a utilizar para hacer llegar nuestros productos. Una decisión inteligente podrá ahorrarnos gastos y procesos operacionales. También se debe considerar la naturaleza del producto, su empaque y embalaje, los tiempos con que contamos, cuánto se manipulará el producto y la facilidad con que podemos contar con el medio de transporte elegido, sobre todo en relación a tiempos.

El proceso de exportación es complejo, por eso una planeación clara y estratégica es necesaria antes de llevar a la acción esta decisión.

Photo by CHUTTERSNAP on Unsplash

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