Derecho ambiental

El incremento humano y decremento ambiental

La exponencial evolución de la industria, la sistematización de los procesos, el incremento en la demanda del consumidor, la aceleración del crecimiento humano, la prolongación en la esperanza de vida, el creciente avance tecnológico, la ampliación de la manufactura y la expansión de la población humana ha causado en las últimas décadas un impacto significativo en el ambiente. Tanto la demanda alimenticia, como la de los metales, minerales, farmacéutica, inmobiliaria, de insumos, entre otras han incrementado exponencialmente, generando la necesidad de la búsqueda constante de recursos para satisfacer necesidades y consumos.

El desarrollo no solo tiene como consecuencia la mejora en la calidad de vida humana si no también significa en muchos rubros el peligro de la vida ambiental. Por ejemplo, el aumento en la población humana también significa el incremento en la acumulación de residuos, mayormente plásticos y no biodegradables, la explotación forestal, la crianza o caza de especies animales para servicios alimenticios o estéticos, disminución de cuerpos de agua, tendencia a desastres naturales, peligro para especies animales con alta demanda, cambio climático, entre otros.

La población mundial es más de tres veces mayor que a mediados del siglo XX, alcanzando los 8000 millones a mediados de noviembre de 2022, desde los 2500 millones de personas estimadas en 1950, añadiendo 1000 millones de personas desde 2010 y 2000 millones desde 1998. Se estima que la población mundial aumentará casi 2000 millones de personas en los próximos 30 años, pasando de los 8000 millones actuales a los 9700 millones en 2050, pudiendo llegar a un pico de cerca de 10.400 millones para mediados de 2080.[1]

El medio ambiente y las leyes

Así como la especie humana se ve necesitada de desarrollar leyes que regulen la convivencia, el respeto, el patrimonio y la integridad, así también se han desarrollado leyes para proteger el patrimonio ambiental. El Derecho Ambiental surge a partir de la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, celebrada en Estocolmo del 5 al 16 junio de 1972.

Durante esta conferencia, 113 países adoptaron la Declaración de Estocolmo y el Plan de Acción para el Medio Ambiente Humano, subrayando las cuestiones medioambientales como una de las principales preocupaciones internacionales. Esta declaración contiene veintiséis principios que ponen en evidencia la importancia de la protección ambiental sobre la triple crisis ambiental: pérdida de biodiversidad, pérdida de naturaleza y la contaminación y los residuos.

La triple crisis ambiental

La triple crisis planetaria consiste en tres problemas principales que amenazan la salud medioambiental y humana.

  • El cambio climático: se refiere a los fenómenos meteorológicos anormales y extremos que provocan desastres naturales y catástrofes climáticas. Las investigaciones demuestran que, para evitar una catástrofe climática, el mundo debe reducir a la mitad las emisiones anuales de gases de efecto invernadero de aquí a 2030 y alcanzar el nivel cero en 2050.[1] La gran mayoría de las actividades genera emisiones y eso acelera la pérdida de la capa de ozono y el incremento en la temperatura de la tierra. Del mismo modo la contaminación del aire es la mayor causa de enfermedad y muerte prematura en el mundo, sosteniendo un número alarmante de siete millones de personas fallecidas al inicio de cada año.
  • La pérdida de naturaleza y biodiversidad: la actividad humana ha modificado el 77% de la tierra (excluyendo a la Antártida) y el 87% del océano. Más de 2.000 millones de hectáreas de tierra están degradadas debido a la sobreexplotación o la mala gestión y un millón de especies se enfrentan la extinción.[2] La sobrepesca, la desertificación, el acelerado incremento inmobiliario, el consumo exagerado de cárnicos, la tala ilegal y desmedida, y la exponencial demanda de bienes.
  • La generación de residuos: esta es la consecuencia directa de la demanda humana, siendo la mayoría de los embalajes y embarques de bienes y servicios materiales no biodegradables, plásticos, microfibras y micro plásticos, desperdicio de bienes y servicios, negocios de ocio, inconciencia del consumidor y producción masiva de productos no regulados ambientalmente.

El Derecho Ambiental, por lo tanto, busca regular las actividades humanas para preservar el medio ambiente que va en considerable declive y que puede llegar a un punto de no retorno en un futuro muy próximo.

Es importante comenzar a tomar acción respecto a nuestro consumo individual y participar en métodos de ahorro de recursos, disminución de disposición de desechos y emisión de contaminantes, mejoramiento de hábitos alimenticios y concientización del impacto que tienen nuestras decisiones diarias, así como la participación activa en programas y movimientos sociales en pro del freno de las consecuencias climáticas.

¿Tú que acciones tomas para disminuir el consumo individual? ¿Qué crees que podemos añadir al actuar colectivo para frenar el cambio climático? ¿Qué otras leyes conoces que se involucren en la crisis climática? Para conocer más sobre Derecho Ambiental y otros rubros del Derecho te invitamos a la Maestría de Derecho en la Universidad Iberoamericana.


[1] https://unric.org/es/lo-que-hay-que-saber-sobre-estocolmo50/

[2] https://unric.org/es/lo-que-hay-que-saber-sobre-estocolmo50/


[1] https://www.un.org/es/global-issues/population

Foto de Kouji Tsuru en Unsplash

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