La tensión diplomática de unos es el oro de otros
De acuerdo con datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos, México incrementó su participación en las importaciones de productos a dicho país en los últimos cuatro años, de 13.5 % a 13.9 %, mientras que las porciones de China bajaron de 20.6 % a 17.2 %, considerando los periodos de enero a julio.
Estos cambios no se suscitaron por casualidad, sino que son resultado, entre otras cosas, de la coyuntura presentada a partir de la rivalidad entre China y Estados Unidos y las fricciones que se generaron durante la administración del expresidente Donald Trump. Recordemos que en 2018, y actuando bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974, dicha administración concluyó que China se involucra en la transferencia de tecnología forzada y el robo cibernético de la propiedad intelectual y secretos comerciales de Estados Unidos, entre otras acusaciones. En respuesta, aumentó los aranceles sobre US$ 250.000 millones de importaciones de China y luego autorizó otras alzas arancelarias en esa misma dirección.
Así pues, del total del comercio de mercancías de Estados Unidos (importaciones y exportaciones), México abarcó una participación de 14.7 % de enero a julio de 2021, seguido de Canadá (14.6 %) y China (1. 8%).
Sobre la restauración de relaciones comerciales entre Estados Unidos y China no hay hasta ahora avances reales, aun con la entrada de Joe Biden a la Casa Blanca, pero en definitiva hay mucho que tratar, pues el avance que China ha mostrado con respecto al desarrollo de aparatos de tecnología (y no únicamente de manufactura a bajo costo) ha resultado una amenaza para Estados Unidos y los primeros ataques de una guerra comercial no tardaron en llegar.
Más allá de las relaciones diplomáticas, China presenta desventajas con México en la lucha por el liderazgo como exportadores. Si bien son competidores comerciales pues ambos exportan algunos insumos comunes (como computadoras y teléfonos), la lejanía y los problemas de logística que se generaron con la pandemia impactan negativamente a China, además de no contar con un tratado de libre comercio como sí es el caso en México.
No debemos olvidar que China tiene una resiliencia incomparable y ante ella México tendrá que aprovechar sus ventajas y explotar sus oportunidades, más allá de únicamente depender de las desventajas temporales de otros.
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