Menos es más: minimalismo

Minimalismo

El minimalismo se refiere a todo aquello que es reducido a lo esencial, despojando elementos que no son de gran utilidad o se consideran un desperdicio. Puede referirse a un estilo de vida, una cultura industrial de cero desperdicios, una vertiente de diseño, un estilo arquitectónico e incluso la manera en la que consumimos. Así como cuando la industria nació se enfocaba en la producción desmesurada al creerse que más producción significaría más ganancia, en los tiempos actuales nos percatamos que, al adoptar una cultura esbelta de sencillez, estandarización y reducción de desperdicios, se puede alcanzar más fácilmente la eficiencia y la utilidad.

Por ello, conforme avanzan los siglos y por ende se transforma la tendencia de la moda, los detalles y la elaboración de los espacios y los productos van adoptando la estética y funcionalidad de lo sencillo. Si bien antes la belleza recaída en la ostentosidad de una bóveda barroca decorada con acabados de oro y retablos saturados de figuras artesanales, ahora bien, parece ser que la arquitectura ha tendido a espacios limpios y simplistas donde destaque lo sencillo, resaltando detalles geométricos, monocromáticos y minuciosamente acomodados. En cierto punto el minimalismo da un sentido de sofisticación y elegancia a las estructuras y otorga un sentido de clase y limpieza.

Espacios minimalistas

El minimalismo busca preservar el espacio más que decorarlo, lográndose mediante la optimización se los espacios, la acentuación de las formas, estructuras y matices y no en los accesorios. Por ello los factores principales a resaltar en este estilo de arquitectura son la luz, los suelos, las superficies y las paredes para enaltecer las características espaciales y arquitectónicas de los ambientes en áreas libres y amplias.

Este estilo da un sentido de sobriedad y serenidad, ya que se libera el espacio de ruido y contaminación visual. No obstante, aunque se busque librar a los espacios de una decoración excesiva, no está completamente exenta de la misma. La decoración minimalista se caracteriza por componerse de estilos lineales, geométricos y sencillos, donde la pureza de la forma y sus materiales como el vidrio, el cemento pulido y el acero son lo que le dan el sentido de ornamentación austera y pura.

Referente a los colores, comúnmente se eligen colores neutros, así como matices de gris, negro, café y blanco, siendo este último el principal ya que le da un sentido de amplitud a los espacios y potencia la luz de las habitaciones. Si bien al inicio del minimalismo se daba la sensación de frialdad con los diseños de interiores y arquitectónicos, se han adaptado colores de los años noventa para complementar este estilo, tales como tonos de verdes, café, variaciones de mezclas con blanco, rosados y otros tonos pastel. Ahora bien, si no se desea mezclar este estilo con tonos pastel, es posible dotar de color el espacio con cuadros u obras de arte que concentren colores vivos en zonas específicas, manteniendo así la armonía y pulcritud del espacio.

Estilo de vida

Se dice que el reflejo de uno mismo es el hogar. Bajo esta primicia se supone que los diseñadores y moradores de espacios minimalistas siguen de igual manera un estilo minimalista en su vida cotidiana. El minimalismo sostiene la cultura de cero desperdicios o excesos, así como la reducción en el consumismo capitalista donde se acumulan bienes que normalmente significan un descontrol en el uso de los espacios. De igual manera, se adopta incluso este estilo en la alimentación, la manera de vestir y los hábitos diarios.

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