3 prácticas para aumentar la eficiencia de nuestro equipo
En entregas anteriores de este blog hemos hablado sobre la importancia de diversificar nuestros equipos de trabajo. Sin embargo, esto implica que trabajarán juntas y convivirán con regularidad personas con culturas, ideas, experiencias y percepciones distintas, lo que puede derivar en un gran beneficio o en un obstáculo, dependiendo de las dinámicas de la gerencia para encaminar las prácticas y el involucramiento de cada miembro del equipo.
Lo primero que debe buscar el equipo de Recursos Humanos es lo que motiva a cada miembro del equipo, lo que se puede comenzar a preguntar directamente desde las entrevistas, o bien una vez que son parte de la empresa, tener conversaciones francas para entender qué los impulsa a dar lo mejor de sí mismos o cuáles son sus metas.
Recordemos que es importante que las metas de la empresa y las de sus colaboradores se alineen o sean compatibles para coordinar los esfuerzos y alcanzar el éxito y bien común. Tener este tipo de conversaciones francas también nos puede ayudar para identificar lo que podríamos evitar o mejorar. Debemos abrir espacios seguros para el diálogo en donde los colaboradores puedan expresar sus inconformidades, motivos de frustración, situaciones que les generan ansiedad, o cualquier circunstancia que implique un obstáculo en su desarrollo profesional. En la medida en que podamos servir de facilitadores de sus necesidades, tendremos la mejor faceta de cada uno.
Otra estrategia clave en el aumento de la productividad y la motivación es el de asignar desafíos constantes. A la par que fomenta la colaboración del grupo, al tener que coordinar las habilidades y saberes de cada uno, también el realizar labores que nos resultan novedosas y adquirir conocimientos es un gran incentivo para la productividad, la creatividad, el compromiso y la expansión de nuestros límites. Asignar desafíos también ayuda a generar una sana competencia entre los colaboradores, donde podamos ubicar los perfiles de cada quien y a los colaboradores modelo, a quienes podremos asignar labores que les interesen y oportunidades de crecimiento laboral.
La tercera acción es establecer programas de orientación o mentorías para los empleados con mayor potencial, donde expertos en distintas materias puedan guiarlos y brindarles herramientas. Esto nos permitirá hacer contrataciones desde el potencial, sabiendo que podremos pulir ese diamante, y no sólo considerando las herramientas con
que los aspirantes ya cuentan.
Brindar perspectivas más amplias puede ser un reto, pero la eficiencia en la organización nos dará la razón. Si te interesas en los temas de Desarrollo Organizacional, te invitamos a que conozcas la maestría que la Universidad Iberoamericana Tijuana tiene para ti.
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