La ciudad de los vientos

Una de las ciudades más grandes de los Estados Unidos, la tercera más poblada del país, poseedor de altos rascacielos, cuna del house y de la incónica Deep-dish pizza, en sus hermosas calles modernas reverbera la música blues, jazz, soul y gospel, museos y espacios donde el arte se hace presente, arquitectura contemporánea se mezcla  con la antigua creando una quimera del presente y del pasado, conciertos y eventos deportivos hacen que cientas de personas viajen a sus museos, estadios y centros culturales. Conocida popularmente como la ciudad de los vientos por una referencia que hizo un reportero del New York Sun en 1893 para referirse a la ciudad como ciudad ventosa.

Nos referimos a la increíble ciudad de Chicago que, además de ser casa de música, arte y deporte, también se considera una joya de la arquitectura y la ingeniería americana. No nos referimos únicamente a sus impresionantes rascacielos como el residencial Aqua, la escultura Cloud Gate (The Bean) que refleja a los turistas y moradores que le visitan, la Torre Willis, The John Hancock Center, the Robie House, el hermoso pabellón Jay Pritzker o el James R. Thompson Center.

Por si no fuera poco que la ciudad se encuentra en constante cambio y se denota por su modernos edificios y espacios para el desarrollo social y cultural, Chicago también es considerada toda una maravilla de la ingeniería, pues a finales del siglo 19 lograron cambiar el sentido del Río Chicago que atraviesa la ciudad, haciendo que fluyera hacia Missisipi cuando antes desembocaba en el Lago Michigan.

Este famoso río que se tiñe de verde el dia de San Patricio una vez fluyó en sentido contrario, corriendo actualmente al lado contrario gracias al esfuerzo de ingenieros, ganándose un lugar como una de las siete maravillas de la ingeniería estadounidense.

Pero ¿por qué se cambió el sentido de un río? A finales del siglo 19 esta ciudad comenzó a crecer desmesuradamente, siendo este incremento poblacional una amenaza si se veía contaminado el Río Chicago que desembocaba en una de las fuentes de agua potable más usadas de aquella área. Habría dos opciones, una sería tratar toda el agua que provenía de la ciudad y filtrarla antes de llegar al Lago Michigan o darle la vuelta al fluyo del río y evitar su contaminación.

En 1854 murieron alrededor de 1,400 personas de cólera en Chicago y en 1885 una tormenta azotó la ciudad. Aunado a estos problemas, diversas amenazas sanitarias como la fiebre tifoidea y otras enfermedades contagiosas asechaban la ciudad de Chicago y, por ende, las ciudades que usaban el agua que desembocaba en el Lago Michigan.

Por esta razón en 1889, la Asamblea General de Illinois creó el Distrito Sanitario de Chicago, donde se evaluaban problemas sanitarios y de vías fluviales. De esta organización nació la idea de darle la vuelta al flujo del río, un proyecto muy costoso, arriesgado y a largo plazo. Se construyó un canal de más de 40 kilómetros que conectaría con el río Des Plaines, encauzando las aguas residuales en sentido al Missisipi y no al Lago Michigan.

Este canal del río se había diseñado de manera que se hiciera más profundo conforme avanzaba hacia el Missisipi, logrando así que avanzara gracias a la misma gravedad. No solo fue trabajo de la gravedad, si no de una serie de compuertas instaladas en el canal que causaban que el agua fluyera en sentido contrario. Y en 1900, con una pala mecánica, se liberó la última represa que separaba el río Chicago con el nuevo canal.[1] Gracias a una simulación hidrodinámica del río de Chicago creada por la Universidad de Illinois se descubrió que las corrientes inferiores del mismo son la causa de un flujo bidireccional en el río durante el invierno. En la superficie, el río fluye de este a oeste, lejos del lago Míchigan, como se esperaba. Pero en el fondo, cerca del lecho del río, el agua recorre de oeste a este, hacia el lago.[2] Los ingenieros no se detuvieron ahí, pues en 1948 fue inaugurado el Canal de Illinois y Michigan que completaba la misión de dicho canal, ganándose el título de Patrimonio Nacional.

Además, la ciudad de los vientos cuenta con 38 puentes móviles que permiten el tránsito a través y sobre el río, teniendo en conjunto 52 puentes entre móviles y fijos.

¿Conocías esta maravilla de la ingeniería? ¿Has visitado Chicago? Si te interesa conocer más sobre maravillas arquitectónicas y civiles acércate a nuestra Maestría de Planeación Estratégica de Ciudades de la Universidad Iberoamericana.


[1] https://rb.gy/sm4ts

[2] En el río del marco del Río del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de Illinois.

Foto de Muzammil Soorma en Unsplash

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