¿Para qué tanto tiempo libre?

Seguramente son pocas las personas que se han preguntado para qué se necesita tanto tiempo libre. El esparcimiento, el ocio, la familia, el desarrollo individual, el tiempo de calidad con amistades son actividades que demandan tiempo libre, entendido como tiempo de desconexión laboral.

            Si bien cualquier persona intuye lo anterior, destaca que las nuevas generaciones que están ocupando los espacios laborales lo saben con certeza: no se puede ser creativo, productivo o eficiente si no se cuenta con el tiempo de descanso y desconexión laboral suficiente. Esta idea resulta especialmente chocante en la cultura laboral mexicana, donde las jornadas son largas y las vacaciones escasas en las comparativas internacionales.

            Hace algunas semanas se discutió en las cámaras el aumento a las vacaciones en la Ley Federal del Trabajo, como una nueva disposición legal para evitar la sobrecarga y los efectos psicosociales que conlleva. Esta medida fue celebrada por una amplia población de la clase trabajadora y al mismo tiempo resentida por algunos empresarios. Y es que es mejor prepararse para este tipo de reivindicaciones, ya que el tema de las jornadas laborales se ha comenzado a asomar por la coyuntura.

            Es cierto que la automatización ha reducido el tiempo necesario para llevar a cabo varios procesos y el tiempo muerto en las oficinas llega a aumentarse. Esto repercute en una baja productividad de los empleados. La percepción en muchos casos llega a ser que una jornada de ocho horas (más tiempos de transporte) es innecesaria. En este caso debemos hacernos preguntas importantes: ¿en nuestra empresa es requerido una jornada de 40 horas semanales? ¿Bajo qué casos? ¿Podríamos ser más flexibles en el horario? ¿Podríamos permitirnos días de home office? ¿Cómo tendríamos que aprovechar mejor el tiempo, para que los «tiempos muertos» se conviertan en algo productivo?

            El manejo de las labores y el tiempo cada día cobra más relevancia, no sólo porque ayuda a nuestros colaboradores a sentirse más motivados y ser productivos, sino porque nos permite eficientar los recursos con los que contamos en la compañía. Las preguntas realizadas anteriormente son ejemplos que podríamos revisar dentro de la gerencia para determinar qué estrategias se ajustan a nuestro giro y prácticas laborales. Por ejemplo, si es imposible reducir la jornada, podemos hacer de los tiempos muertos oportunidades de capacitación en labores necesarias dentro del área, o de prácticas creativas que nos den nuevas ideas.

            Lo que es importante destacar es que las generaciones que se están incorporando al mercado laboral buscan esa flexibilidad y sentido en sus labores, así que vale la pena irse ajustando a los tiempos antes de que nos arrasen. ¿Qué opinas? ¿Te interesa identifican maneras innovadoras de llevar tu empresa? Te invitamos a la Maestría en Desarrollo Organizacional que la Universidad Iberoamericana Tijuana tiene para ti.

Foto de Maria Teneva en Unsplash

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