Qué hacer frente a los casos de juntitis

Una de las diferencias generacionales más marcadas en los ambientes de trabajo es la manera en que cada una desea interactuar: mientras los millennials y la generación Z son objeto de burlas porque les asusta la mera idea de sostener una conversación telefónica, la generación X es tildada de ineficiente y lenta en la toma de decisiones, principalmente por las personas más jóvenes acostumbradas a un ritmo acelerado y —hay que decirlo—poco analítico. Derivado de esta diferencia, el personal de las organizaciones pareciera que se divide en dos: quienes ven en cualquier tarea una razón para reunirse y quienes consideran que la sala de juntas debería ser cancelada.

Ciertamente el trabajo remoto al que nos obligó la pandemia nos ha mostrado que sí, efectivamente, estábamos teniendo juntas que pudieron ser un mail, pero también es cierto que, en ciertos casos, reunirse a compartir ideas y llegar a acuerdos conjuntos puede llevarnos a resultados más integrales y creativos. Así pues, para llegar a un tan necesario punto medio respecto a este tema y promover la eficiencia de estas dinámicas, pensamos en una serie de recomendaciones:

  1. Verifica si la junta puede ser un mail. Más allá de la broma, es cierto que los recursos de tiempo (y a veces monetarios) que se tienen para organizar una reunión no siempre son redituables. Si la reunión que planeas hacer tiene un carácter meramente informativo o de solicitud de tareas individuales, inténtalo primero con un correo electrónico. Funciona bien porque además queda respaldo de la fecha en que se comunicó y las palabras exactas que se utilizaron. Por supuesto que esto sólo será efectivo en medida que los colaboradores atiendan a esa información en lugar de ignorarla.

  1. Permite que el equipo se prepare. A menos de que el tema que quieras abordar en la reunión sea muy sensible y necesites contener las reacciones, lo ideal es que las juntas sean planificadas con tiempo y que cada colaborador contemplado sepa qué se espera de él, de tal modo que pueda adelantarse en la investigación, la síntesis de datos, propuestas creativas o lo que sea que le vayan a solicitar. Esto hará que la reunión sea mucho más ágil y provechosa.

  1. Cumple el objetivo de la reunión. Dedicar tiempo a un objetivo que no se logra llega a ser sumamente frustrante para los colaboradores y eso sólo abona a una falta de disposición al trabajo en equipo; por ello, debes tener muy en claro qué resultados deseas obtener de la reunión: tomar una decisión importante, conformar equipos de trabajo para un proyecto conjunto, designar tareas, etc. Esto hará que tus colaboradores (sobre todo los más jóvenes, que se motivan a través de resultados inmediatos) perciban un avance a partir de la reunión en lugar de un obstáculo para llegar a sus metas del día.

Para continuar con esta y otras conversaciones, te invitamos a que curses la Maestría en Desarrollo Organizacional que ofrece la Universidad Iberoamericana Tijuana.

Photo by Campaign Creators on Unsplash

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