Edificios verticales, relaciones humanas horizontales

En Tijuana se ha buscado impulsar desde hace un par de años la idea del crecimiento vertical de la ciudad. Ha sido un tema debatido que viene con sus retos y complicaciones. Estudiar en Tijuana una maestría o especialidad que tenga que ver con el desarrollo de ciudades viene cargado de esta gran responsabilidad y este importante campo de acción.

En julio de 2017, el ingeniero Gerardo Tenorio Escárcega, presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de Tijuana, comentó en entrevista la importancia de que el proyecto de construcción vertical en la ciudad debía empatarse con políticas públicas, nuevos reglamentos, zonificaciones, considerar el impacto urbano y vial, sincronizar los semáforos, reestructurar las vialidades, mejorar el entorno en general para que los habitantes de esos edificios vivan en armonía (ambiental, de servicio y movilidad urbana).

En noviembre de 2018, luego de un 2017 en el que el Consejo de Desarrollo Económico de Tijuana reportó la construcción de 700 nuevos condominios exclusivos en la ciudad, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), advirtió el riesgo de que los servicios colapsaran ante la falta de mantenimiento y modernización de la ciudad. El presidente de la CMIC, Gabriel Antonio Valenzuela Moreno, mencionó entonces que el desarrollo de la infraestructura, como calles y tuberías, no respondía en avance al ritmo que llevaban los proyectos verticales, que además se trataban de condominios de alto costo.

Con la misma preocupación, en diciembre de 2018 el presidente de la Sociedad de Urbanismo de la Zona Metropolitana de Tijuana, Luis Alfonso Duarte, resaltó que, si bien es cierto que las ciudades compactas son mucho más baratas en términos de infraestructura pública, no parecía haber estímulos para democratizar este tipo de crecimiento, pues los complejos departamentales únicamente se estaban enfocando a un sector poblacional con mayor poder adquisitivo.

Por las mismas fechas la Directora Ejecutiva de ONU-Habitat, Maimunah Mohd Sharif, exhortó a alcaldes de varias regiones del país que asistieron al Foro de Alcaldes por la Nueva Agenda Urbana a utilizar como guía la Iniciativa de las Ciudades Prósperas (CPI), donde reconoce que lo primero que se detectó es que prevalece en México un modelo de crecimiento urbano extenso y de baja densidad, lo que tiene un impacto negativo en los ecosistemas, una correlación negativa con la calidad del transporte público, aumenta sustancialmente el costo de los servicios públicos y mantiene un vínculo con las desigualdades espaciales.

En el caso de la vivienda en Tijuana, se encontró que el espacio habitable es suficiente (100.00), al igual que el acceso a agua mejorada (96.61), sin embargo, se deben priorizar aspectos como la densidad poblacional (35.34) y la vivienda durable (36.60). En estos valores, se entiende que los más cercanos a 100 tienen un impacto positivo, mientras los cercanos a cero son áreas de atención.

Estudiar sobre el desarrollo de ciudades en Tijuana, con sus particularidades, implica tomar en consideración las situaciones de desigualdad que se están suscitando, para lograr tanto un desarrollo sostenible como sustentable que no deje atrás a ningún sector de la población.

Photo by Matthijs van Schuppen on Unsplash

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