El proceso de aprendizaje de la lectoescritura

Parecemos comprender que leer es, en términos simples, un proceso de decodificación de un conjunto de signos, sin embargo, a veces olvidamos que este proceso debe llevar a la comprensión del sentido del mensaje. Se debe ser capaz de mantener una interacción con el texto que nos permita identificar quién escribe, para quién escribe, qué quiere comunicar, para así poder interpretar lo que se está leyendo.

De la misma manera, la escritura no se limita a un proceso de codificar signos, sino que se debe entender como un recurso en la comunicación para representar el lenguaje oral. Es decir, el aprendizaje de la lectoescritura no es meramente un proceso académico, es una manera de interactuar con el entorno, de asimilar diferentes contextos, de comunicarnos. No sólo se aprende a leer libros sino a leer el mundo; no sólo escribimos, sino que nos apropiamos de nuestra historia. Por eso el aprendizaje de estas herramientas tiene una relevancia tan grande en la formación inicial y es tema de las maestrías en pedagogía, como la Maestría en Educación que ofrece la Universidad Iberoamericana Tijuana.

Algunos de los métodos existentes para la enseñanza de la lectoescritura son:

• Método alfabético. También conocido como deletreo, se lleva a cabo por medio del sonido del abecedario, es decir, cada letra se estudia pronunciando su nombre. Las palabras se forman combinando vocales y consonantes; posterior a eso, se estudian diptongos, triptongos, mayúsculas, acentuación y puntuación. En este método la escritura y lectura se aprende simultáneamente. Este método enfatiza en lo mecánico y luego pasa a lo expresivo, para después pasar a la comprensión; a pesar de ser el más utilizado históricamente, no posee muchas ventajas, pues no toma en cuenta el proceso normal de aprendizaje de la mentalidad infantil al predominar la memorización frente a la comprensión.

• Método fonético o fónico. Se aprende a través del fonema, es decir, se estudia a partir del sonido y no del nombre de la letra y se relaciona con la imagen del objeto y palabra, separando cada letra (por ejemplo, para enseñar la m, se muestra una mesa). Luego, se combinan las consonantes con las vocales para formar secuencias, para pasar entonces a palabras que combinan esas sílabas y después a frases. También en este método comenzamos por la lectura mecánica, pasamos a la expresiva y luego se atiende la comprensión. Si bien es más sencillo que el método alfabético y se adapta al español al ser éste un idioma fonético, también va contra los procesos mentales de aprendizaje, pues va de las partes al todo, de lo desconocido a lo conocido y también descuida de inicio la comprensión.

• Método silábico. Aquí la unidad mínima de aprendizaje es la sílaba. Primero se aprenden las vocales y después la combinación de consonantes con vocales, pasando luego a palabras y después a frases. En este método es fácil pasar a la lectura mecánica, la expresiva y la comprensiva. Tampoco va de acuerdo al sincretismo de la mente infantil por ir de lo particular a lo general, es muy difícil despertar el interés en el niño por lo artificioso de su punto de partida, tiende a ser un proceso lento y también prioriza lo mecánico y descuida la comprensión; sin embargo, es de reconocer que sigue un orden lógico en su enseñanza, las sílabas se captan con facilidad, se adapta a lo fonético del español y, una vez que se aprende, los alumnos lo pueden enseñar a otros.

En una siguiente entrada abordaremos otros métodos.

Photo by Kinga Cichewicz on Unsplash

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