Las ecotecnologías y la sustentabilidad
Pareciera que la tecnología y el cuidado del medio ambiente fueran enemigos naturales, o así es como se nos ha planteado desde una visión muy simplista de la situación. Si bien es cierto que la injerencia humana ha demostrado su capacidad destructora de vida silvestre y ecosistemas, en los últimos años se ha planteado que, en pos de nuestra supervivencia, debemos orientar esas tecnologías a trabajar en conjunto con los recursos naturales y así
salvaguardar el ecosistema que necesitamos para sobrevivir.
Entendemos por tecnología, a grandes rasgos, la aplicación del conocimiento para generar nuevos procesos, servicios y dispositivos. Se nos ha planteado como un proceso lógico que comienza en la ciencia básica, pasa por la ciencia aplicada y desemboca en la tecnología, que se ha planteado históricamente como invariablemente beneficiosa para la humanidad.
Sin embargo, se realiza la crítica frente a que muchas tecnologías e innovaciones son altamente contaminantes, erosionan la diversidad biológica y cultural, agotan los recursos naturales y, por ende, no mejoran la calidad de vida ni son sustentables. Además, la falta de acceso a las mismas por parte de gran parte de la población y su falta de adaptabilidad a las condiciones de países en desarrollo, empobrecidos o en comunidades rurales, por ejemplo,
da cuenta de que el desarrollo de estas tecnologías tiene por objetivo la satisfacción de una demanda de mercado y no el bienestar social.
Frente a ello, la ecotecnología, definida como los “dispositivos, métodos y procesos que propician una relación armónica con el ambiente y buscan brindar beneficios sociales y económicos tangibles a sus usuarios, con referencia a un contexto socioecológico específico” (Ortiz et al., 2014; Straškava, 1993); la Tecnología Apropiada, que busca ser de bajo costo y consumo energético, así como de uso local y colectivo (Thomas, 2012); y la
Tecnología Alternativa, que pretende la construcción de modelos sociales con comunidades descentralizadas que buscan ser autosuficientes con el uso de recursos renovables y pocos insumos (Fressoli, Smith, Thomas y Bortz, 2015), se presentan como opciones cada vez más importantes en el desarrollo sostenible de la comunidad.
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