Serena Williams y la creación de una marca

Con el retiro de una de las mejores tenistas en la historia (si no es que la mejor, para responder anticipadamente a las reacciones) las opiniones y reflexiones son muchas. En la figura de Serena Williams podemos ver a la disciplinada joven, a la tenista fuerte y aguerrida, a la amante de la moda y los mensajes que la ropa y el arreglo personal envían, a la empresaria, a la madre, la hermana, la mujer cuyas declaraciones llegaron a incomodar a más de uno. Pero, en este caso, creemos que todo emprendedor debe aprender de la faceta que ella trabajó con ahínco: convertirse en una marca.

En el deporte la marca se crea gracias a las distinciones y los triunfos obtenidos, y de esos Serena tiene colección. Sin embargo, su fuerza, entrega, determinación la convierten en un referente en su campo más allá de los trofeos. Generar una marca comercial implica captar la atención por todo aquello en lo que sobresales.

Otro aprendizaje que nos deja Serena Williams es la importancia de colaboraciones reales. A pesar de que los contratos en publicidad son el pan de cada día entre las marcas y los deportistas, Serena no sólo se sirvió de la parte económica, sino que utilizó la plataforma que se le estaba dando para enviar los mensajes que ella quería comunicar y aprovechó su relación con Nike para impulsar proyectos importantes, como el programa de aprendizaje de diseño que sugirió y que lleva por nombre Serena Williams Design Crew; este se encarga de atraer a jóvenes diseñadores de comunidades de color para ayudar a diseñar piezas para su colección. Al respecto, la tenista mencionó: «He estado en Nike durante muchos años y quiero ver a más personas en el diseño que se parezcan a mí».

El reconocimiento sobre quiénes somos como individuos y compañías nos permite ser congruentes en cada uno de nuestros actos y palabras y eso nos ayuda a generar una mayor credibilidad entre nuestro público objetivo. Además, el hecho de que Serena aprovechara su colaboración indica que va más allá del patrocinio con el que la relación comercial empieza y que logra beneficios para todas las partes. Esa es la relación que debemos buscar con nuestros socios comerciales: una donde las perspectivas distintas se valoren y respeten y donde se unan esfuerzos en pro del bien común.

En su figura podemos encontrar matices, pero definitivamente tenemos mucho que aprender de quien dominó un deporte en el que no estaba siquiera contemplada. Esa habilidad, como emprendedores y como personas, la debemos reconocer e imitar.

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